Si alguna vez intentas trascribir un dialogo verdadero a la historia que estás escribiendo, verás que es casi imposible, porque un dialogo verdadero no lleva una línea de conversación lógica, en realidad las personas se disgregan, hablan varias a la vez, cambian de tema, se interrumpen, no terminan las frases, dan ejemplos que suenan incoherentes o hablan con sobrentendidos... si escribiéramos exactamente eso, el lector nos abandonaría rápidamente, porque el texto le resultaría confuso e inexplicable...
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AutorCesar Leo Marcus Archivos
Septiembre 2019
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